I. Dios es siempre el #1
Los creyentes que se encuentran en una relación de noviazgo, deben asegurarse que guardan su primer amor por Dios y que lo mejor de su tiempo y de su devoción será dedicado a Él. Cuídate de no hacer de tu pareja un ídolo (Éxodo 20:3-5).
II. La finalidad del noviazgo es el matrimonio
Toda relación de noviazgo tiene como único y final objetivo el santo matrimonio. Cuando una pareja decide empezar esta relación, es porque ambos han entendido que están comprometidos para pasar juntos el resto de sus vidas. Estar en un noviazgo sin pensar en casarse es estar jugando con los sentimientos de ambos.
III. Reservarse para el matrimonio
El sexo es un lenguaje tan potente que podría privar la libertad. La entrega total tiene sentido tras el compromiso total. Ser capaz de esperar demuestra una apuesta clara por la otra persona, dominio de uno mismo y respeto a la dignidad del otro.
IV. Muestre respeto mutuo
El respeto, junto al amor, constituyen la base donde se fundamenta toda relación matrimonial. Por eso, el noviazgo esta supuesto a ser una etapa de armonía e ilusión y cuando se cruzan las líneas del respeto, entonces la pareja está sentando las bases para un fracaso. Donde no existe el respeto, no puede haber una relación saludable, ni duradera.
V. Busquen un mentor
Como parte de la preparación para el matrimonio, es de vital importancia que los novios puedan tener una persona (o una pareja casada) que pueda servir de mentores y a quienes se les pueda rendir cuentas. Estas personas deben ser cristianos maduros y de buen testimonio para guiar a la futura pareja durante el noviazgo y el matrimonio. Para que la tarea de los mentores sea efectiva, se debe procurar la mayor sinceridad y transparencia de parte de los novios. Asimismo, se recomienda charlas prematrimoniales para que la futura pareja pueda tener una perspectiva más amplia y objetiva, de la decisión que han tomado.
VI. Conoce la familia de tu pareja
Entendiendo que todas las familias son diferentes, es importante procurar conocer a la familia de la pareja. Sobre todo a los padres, hermanos o la persona que representa su autoridad. Aunque en algunos casos esta figura de autoridad puede ser un hermano mayor, los abuelos o los tíos. Sea cual fuere, es saludable poder tener un conocimiento cercano de los familiares, pues cuando una pareja se casa, establece una relación con la nueva familia.