I. G. Spafford escribió estas palabras en un himno:
Debemos reconocer que constantemente estamos expuestos a situaciones que nos agotan, lo natural es que nos sintamos cansados por el esfuerzo que empleamos en el trabajo, casa, en el cuidado de los hijos, la escuela, universidad y otros. Sin embargo, no podemos negar que existen factores internos que también nos roban la energía, como las preocupaciones, críticas, chismes, al punto de sentirnos agotados y con las fuerzas por los suelos. Pero pese a que todo lo que gira a nuestro alrededor clama por nuestra atención, yo todavía escucho una voz que nos invita a encontrar nuestro lugar con Jesús, donde se puede encontrar el descanso.
¡Qué maravilloso recibir una invitación de Jesús: ≪Ven y descansa en mi presencia! ≫ El ministerio de Jesús y sus discípulos se estaba expandiendo a un ritmo cada vez mayor. Jesús no era la excepción, Él realizaba un trabajo arduo día a día, caminaba muchos kilómetros por cumplir su misión, pero también era objeto de burla, rechazo, críticas, murmuraciones, nuestro Señor soportaba demasiado por lo cual necesitaba descansar, pero encontró la mejor solución cuando estaba agotado: buscar a su padre a solas.
En estos días hay un enfoque exagerado en lo que hacemos y cómo podemos hacer más, y con una buena razón. Al mismo tiempo, la estridencia y el volumen de la opinión en oposición a las enseñanzas de Jesús y al Evangelio que hemos sido llamados a predicar también parecen estar incrementando. Pero pese a que todo lo que gira a nuestro alrededor clama por nuestra atención, yo todavía escucho una voz que nos invita a encontrar nuestro lugar con Jesús, donde se puede encontrar el descanso.
Marcos 6:30-31 (NVI)