*Establece un pacto especial y exclusivo por un año.
*Limita lo más posible todas las responsabilidades extra durante ese año.
*Enfócate en tu matrimonio y establécelo antes de avanzar hacia un acenso profesional, el ministerio y la educación superior.
*Invierte en tu cónyuge y en crear lazos emocionales, espirituales, relacionales y sexuales con él o ella.
*Den felicidad el uno al otro; no pases la mayor parte de tu tiempo con otros durante ese primer año.
Puedes esperar un poco de resistencia de los miembros de la familia y los amigos por esta decisión. Pero pídeles que oren por tu matrimonio a través de este primer año juntos.
¿Qué sucede si tu iglesia te pide que tomes una tarea mayor durante ese tiempo? Un consejero aconseja a sus clientes a decir algo como: “Gracias por pensar en nosotros. Estamos muy complacidos con la Iglesia y muy motivados por todos ustedes. Pero hemos sido fuertemente aconsejados a que invirtamos en nosotros este primer año de matrimonio – para realmente crear lazos y conectarnos el uno con el otro y limitar nuestras actividades. Le prometimos que lo haríamos. Pero por favor pregúntennos de nuevo como en un año, ¿está bien? Realmente nos gustaría involucrarnos.”.
¿Qué sucede si ya han pasado la marca de un año? Puedes emplear el Principio 24-5 en cualquier momento en tu matrimonio. He aquí cinco pasos para hacerlo:
1. Mantén tu promesa. Muchas parejas, en su boda, encienden una “vela de unidad” y apagan sus candelas individuales. Eso simboliza el marido y la mujer que mueren a ellos mismos para que nazca algo nuevo y mucho más íntimo, hermoso y misterioso – “dos convirtiéndose en uno.” Una de las mejores maneras de convertirse en uno es pasando tiempo juntos y eso puede suceder cuando tú y tu cónyuge hablan, celebran ocasiones especiales, establecen metas, van de compras, pagan las cuentas, juegan tenis o estudian un libro devocional.
2. Sé intencional y selectivo. Todos tienen la misma cantidad de tiempo – 24 horas al día. Evita ser descuidado con las tuyas. Fabricar más tiempo no es posible pero puedes hacer un uso excelente de lo que tienes distribuyendo tiempo para hablar y hacer cosas juntos. Cuando llegue ese momento asegúrate de que estás descansado y no apurado o preocupado. Si hablar es realmente una prioridad para ti, dirás que no a los ladrones de tiempo como comedias, reality shows y la Internet.
3. Sé creativo y perseverante. Habla de una variedad de temas – resolver problemas, superar los desafíos, establecer metas y prioridades, tu vida espiritual, preferencias y simplemente divertirse. Empieza con poco y construye. Algunas parejas tienden a tener expectativas poco realistas. Esto podría resultar en desanimo, crítica y culpa. Recuerda que crear lazos y conectarse no sucede de la noche a la mañana.
3. Disfruta y motiva la singularidad. Tú y tu cónyuge no son iguales. ¡Piensa en que tan terrible y aburrido seria estar casado contigo mismo! Esas conversaciones no serían muy interesantes, ¿cierto? A medida que pasan tiempo juntos, resiste la tentación de tratar de rehacer a tu cónyuge a tu imagen. Deja que el Espíritu Santo los transforme a ambos a la imagen de Cristo. Permite y anima a tu pareja para que sea la persona que Dios quiere que él o ella sea y disfruta de esa persona.
4. Se amoroso, respetuoso y paciente. El regalo que Dios les ha dado a ti y a tu cónyuge es el uno al otro. Al final, Él estará menos interesado en tu éxito profesional o en cuánto dinero hiciste que en cómo cuidaste el regalo que te dio en matrimonio.
Tomar tiempo para hablar es parte de eso. Escoge sabiamente como gastas esos minutos, horas y días- especialmente en sus primeros años juntos.
James Groesbeck, Amy Swierczek -Tomado De La Guía Completa para los Primeros Cinco Años de Matrimonio de Enfoque a la Familia, publicado por Tyndale. Derechos de autor © 2006, Enfoque a la Familia. Todos los derechos reservados. Derechos de autor asegurados en todo el mundo.