Mientras me siento, entre canciones, mirando a la bahía de Asunción en uno de mis últimos programas al frente de La Hamaca, pienso en los ciclos y lo que particularmente significa cerrar éste.
No me voy a olvidar nunca mi primer día en Obe. Viniendo de radios seculares, me contaron lo especial de la audiencia de la radio y su fidelidad a la emisora, por tantos años. Y sentía el peso de semejante responsabilidad, como un manto sobre mi espalda. No quería decepcionarlos, pero más importantemente, no quería decepcionar a Dios o a mí misma.
Y fueron programas muy especiales! Muchas veces muchos se sintieron chocados porque me reía al aire (con la misma risa que me río fuera del aire cuando algo me causa gracia). Les chocó mi manera de ser, o la forma en que me expreso. Pero la confianza del Consejo siguió sobre mí, y fueron pasando los meses.
Meses que se convirtieron en años, donde pude acompañarte mientras estudiabas para exámenes finales, de ingreso, mientras te ibas a pedir la mano de tu novia, en tus cumpleaños, en los nacimientos de miles de bebés que hoy escuchan la radio, que sigue en el mismo dial en sus casas. Años con visitas y entrevistas de artistas, músicos, pastores, que nos enseñaron y compartieron contigo un pedazo de sus mundos.
Y es que cada uno es un mundo aparte. Muy en función de nuestras cosmovisiones, convicciones, gustos, apegos y desapegos, somos munditos que andan con trayecto propio, y en ese proceso tuve el honor de ser parte, por unas horas cada día, de cada uno de esos mundos. No se si podría pedirle algo más a Dios.
Pero como Dios es cumplidor de sueños, es tiempo de soñar nuevos, para que El se encargue. De mí y de vos. Sé que vas a estar bien. A veces vas a pasar dificultades, pero nuestro Salvador dijo que tendríamos dificultades, que son buenas para los que son llamados conforme a sus propósitos.
Cosas triviales como un programa de radio pasan. Pronto vas a encontrar otra voz que te acompañe y te entretenga y le vas a querer igual o muchísimo más que a la mía. Y eso es bueno. Todo tiene su tiempo!
Entonces cerremos este ciclo con un pum para arriba. Con un GRACIAS gigante a las marcas que nos acompañaron y permitieron que el programa siga al aire por 9 años. Y a los equipos comerciales, técnicos y de producción y puesta al aire que estuvieron detrás mío y que facilitaron que vos y yo estuviéramos juntos todas las tardes.
Así que te dejo con el versículo que Dios me permitió encontrar en los días tan difíciles, donde tenía que tomar la decisión de que hacer, si dar un paso adelante o permanecer donde estaba.
“Cuando estábamos en el monte Sinaí, el Señor nuestro Dios nos dijo: Ya pasaron suficiente tiempo en este monte”. Deut. 1:6.
Estuve muy feliz, muy cómoda, disfrutando la vista desde la cima del monte. Es mi hora de bajar a los valles. Espero poder encontrarte de nuevo alguna vez, en algún punto del trayecto.
Dios es bueno siempre!
Pao Martínez